sábado, 22 de septiembre de 2007

El ocaso de los sistemas tradicionales y un sistema alternativo

En los capítulos 2 y 3 del libro “Hacia una Evaluación Auténtica del Aprendizaje”, Pedro Ahumada hace un análisis de la evolución del concepto de evaluación, el cual ha pasado de ser llamado un juicio de valor hasta llegar a ser señalado como medición de objetivos específicos y preestablecidos. En la década de los años treinta Tyler asociaba la evaluación con el logro de determinados objetivos. También tenemos al Stufflebcam, que a mi parecer es el más acertado, que define a la evaluación como una recolección de información. Es así que van pasando los años y con ello se van definiendo de diversas formas el concepto de evaluación.

El autor destaca que las discrepancias que se han suscitado, las confusiones y desconfianza han dado pie a una constante revisión del concepto en lo que se denomino “evaluación educativa”. Se hace evidente así un desequilibrio entre el marco teórico y lo que son en si las practicas pedagógicas, ya que como lo expresa el autor los profesores siguen viendo a la evaluación como algo independiente al proceso de enseñanza.-aprendizaje. Produciéndose así lo que el autor llama la división clásica entre teoría y práctica.

En si lo que el texto trata de explicar es el desencuentro que se produce entre el marco teórico entregado por los investigadores y expertos, en los temas de evaluación, y los docentes que son los encargados de poner en practica lo que los estudios arrojan. Un ejemplo de ello se ve en los exámenes, en el que convergen una serie de problemas ya sea de tipo sociológico, político, psicopedagógicos y técnicos.

Ahumada al referirse a la evaluación alternativa como un enfoque que intenta averiguar fehacientemente lo que el alumno que sido capaz de aprender, ya sea conocimientos como tal o técnicas para encontrarlo, expresa los principios que este tiene, donde, por ejemplo el docente de hoy en vez de evaluar los conocimientos previos de formas fragmentada e inconexa, lo hace deforma masiva, produciéndose un caos en el alumno.

Luego de que el autor realiza un análisis de este modelo de evaluación, que busca que el alumno se responsabilice de su propio aprendizaje, dándole la opción de auto y coevaluarse, dejándole al docente solo el papel de mediador, surgen una infinidad de dificultades al tratar de ponerlo en practica, partiendo por las instituciones que dado por sus normas y condiciones son reacias a los cambios. Además tenemos la falta de integración curricular por parte de las diferentes asignaturas y la reacio de los docentes a aplicar las técnicas por lo tedioso que resulta, por ejemplo, establecer niveles de proceso que se apliquen de manera individual a los estudiantes.

Creo que el autor tiene propuestas que son un tanto utópicas, por ejemplo creo que plantear una evaluación sin que el alumno lo note es un tanto ilusorio, y no solo por los docentes y las instituciones, sino que además por los propios alumnos. Considero que este sistema suena muy bien, pero requiere tiempo, para cada uno de los actores que se involucran en lo que es la evaluación entiendan los propósitos y los grandes beneficios de este método de evaluación alternativa, para que sobre todo los alumnos no la empleen irresponsablemente.

En palabras del propio Ahumada “…debemos reconocer que una gran parte de nuestras instituciones educativas no se encuentran preparadas para asumir este importante y trascendental desafío”, donde apliquemos una concepción educativa globalizadota pero respetando la idiosincrasia de cada uno. No quiero parecer pesimista solo considero que se requiere de mas tiempo.

2 comentarios:

Profesora dijo...

Estimada estudiante:
Abordas de manera concisa y clara los aspectos más importantes del texto, y coincidiendo contigo es evidente que esta teoría no va a llegar de un día a otro al aula, pero no estamos hablando de un cambio tan radical, pueden hoy profesores como lo serás tú, incorporar planificada y concientemente nuevos procedimientos e instrumentos y ya estás avanzando grandemente. Sigue trabajando así y no olvides que el analizar crítica y reflexivamente un escrito es parte crucial de nuestra disciplina. Tu nota es un 90.

Profesora dijo...

Estimados estudiantes:

Tal como el comentario anterior, les adjunto lo que podría haber sido la reflexión referente al texto de Pedro Ahumada, sin querer coartar sus opiniones personales que tienen que ir junto a éstos elementos.

El autor plantea que el concepto de evaluación se ha ido modificando a través del tiempo y en correlación con las investigaciones que realizaron diversos autores en el ámbito educacional; apuntando en un principio a un enfoque centrado en el comportamiento de los alumnos en función del grupo, posteriormente se le dio mayor relevancia al logro individual bajo ciertos objetivos previamente formulados y por último la evaluación toma un enfoque referido a la construcción de conocimientos.

Lo que se pretende de la evaluación hoy en día es que se centre en el proceso de aprendizaje de los alumnos y para esto se exige una evaluación individualizada y multidimensional, sin embargo esto se opone a la dinámica vigente que prioriza una enseñanza grupal y estandarizada, cuyos resultados de aprendizaje se miden cuantitativamente como una herramienta válidamente científica para calificar el trabajo escolar, dentro de ésta encontramos la teoría clásica basada en la habilidad y comportamiento del grupo frente a un ítem en particular y encontramos la teoría de respuesta al ítem que representa la probabilidad de ser respondidas correctamente por los alumnos.

Pedro Ahumada Acevedo critica las teorías que sustentan este tipo de pruebas con el propósito de generar dudas técnicas en los lectores acerca de la veracidad de los aprendizajes que se ven reflejados en los resultados de dichas pruebas. Este propone un sistema alternativo de evaluación centrado en los procesos, donde la responsabilidad del aprendizaje recae en el alumno, este tipo de evaluación la denomina Evaluación Auténtica, destinada a mejorar la calidad y el nivel de los aprendizajes.

Se pretende tomar conciencia de la creación de estrategias evaluativas y de la práctica de éstas por parte del docente de acuerdo a su propia concepción del enseñar y aprender. A partir de esto, propone los siguientes principios: continuidad y permanencia, carácter retroalimentador, función diagnóstica y formativa, autoevaluación y coevaluación y nuevos procedimientos de evaluación no ortodoxos que renueven el proceso de evaluación. Sin embargo, las innovaciones de las prácticas evaluativas no han sido implementadas en su totalidad en este sistema, a pesar de que estas son conocidas, a nivel de conciencia y actitud existe una mínima aceptación por parte de los docentes, lo que implica que la evaluación sigue siendo centrada en las pruebas.