viernes, 13 de julio de 2007

La reforma no puede ser culpable de todo

“Para entender la reforma curricular es necesario contextualizarla y conocer sus fundamentos sociales y culturales, ya que ella procura responder a los requerimientos que la actual sociedad le formula al sistema escolar” (Cristian Cox, “Nuevo currículo: respuesta a requerimientos del futuro”, Revista de Educación, Nº 269) ¿Pero cuales son estos requerimientos? El autor responde a estas mismas interrogantes definiendo que la sociedad a vivido un proceso de cambio y que los alumnos de hoy ingresarán, en el futuro, a un mundo en constate transformación por lo que debe estar preparado para navegar en los diferentes ámbitos (económicos, políticos, culturales, familiares, etc.) Todo lo afirmado por este autor no deja de ser cierto, pero ¿siente verdaderamente la sociedad que se ha respondido de manera eficiente a su requerimiento? Y mas aun ¿los resultados académicos reflejan que cada alumno que sale de 4º medio se encuentra preparado lo suficiente para enfrentar a este mundo en constante cambio? Desde mi perspectiva personal creo que la reforma en teoría tiene buenas intenciones y sus objetivos dictan mucho de lo que nesecita un alumno, pero en la práctica no ha sido capaz de motivar o convencer lo suficiente a los agentes que tiene la misión de llevarlo a cabo, para que esta arroje los resultados preestablecidos. Durante el la preparación del juicio me pude dar cuenta de que el problema de la educación chilena no esta en la reforma curricular si no en las personas que no han sabido ejecutarla. Son ellas las que aun no se han querido dar cuanta de lo importante de la renovación en materia de estrategia de aprendizaje, por ejemplo. Quiero dejar muy claro esta no es un visión negativa de la realidad de la educación chilena, ya que estoy conciente que este tipo de cambio debe ser un proceso donde las nuevas generaciones se encarguen de la transformación. Ahora bien el estado debe designar a quien le corresponde el papel fiscalizador, para que este se preocupe de calificar a docentes y administrativos que son los intermediarios entre la reforma y los alumnos.
Uds. Tienen la palabra y juzguen el grado de responsabilidad que le recae, verdaderamente, a la reforma.